El restaurante ofrece un ambiente único y acogedor, con manteles individuales LP y miles de corchos en las paredes, lo que lo hace muy chulo.
Se puede disfrutar de una deliciosa selección de platos, como una sopa de guisantes con trocitos de salmón como tapa gratis, espárragos, tataki de atún, lasaña de ciervo, tarta de queso con helado de almendra, entre otros.
El servicio es de primera categoría, con un propietario muy hospitalario y atento. Además, el personal es muy profesional y te hacen sentir como en casa desde el primer momento.
Los clientes han expresado su satisfacción con la experiencia en este restaurante, destacando la comida espectacular, el ambiente increíble, el servicio impecable y la atención a los detalles.
Sin duda alguna, recomendaría este restaurante a cualquier persona que visite Granada. La experiencia gastronómica única y la calidad de la comida hacen que valga la pena la visita.