Es un sitio pequeñito con una decoración muy chula y acogedora, además cuenta con una terraza que lo hace aún más atractivo.
La comida y el tapeo son brutales, con una carta cortita pero potente. Destacan las opciones veganas súper ricas y la calidad de los platos.
El camarero ha sido encantador, brindando un trato excepcional a los clientes. Su atención ha sido destacada y ha contribuido a una experiencia positiva en el restaurante.
La carta es bastante curiosa y ofrece una variedad de ingredientes y sabores excepcionales. Destacan platos como el yakiudon con salmón perfectamente cocinado y el kimchi, que han recibido elogios por su sabor.
La relación calidad/precio es bastante buena, lo que hace que la experiencia gastronómica sea aún más satisfactoria. Los clientes salen contentos y con ganas de repetir, lo que demuestra que el restaurante ofrece un buen equilibrio entre calidad y precio.