Lo que hace único a este restaurante es la diversidad de sus tres chefs, cada uno de diferentes orígenes, lo que se refleja en una fusión de sabores realmente excepcional.
La comida es creativa y deliciosa, cada plato parece contar una historia propia.
El ambiente es sumamente acogedor, casi como estar sentado en el salón de alguien, lo que hace que la experiencia sea muy personal y cálida.
La atención es muy cercana y atenta, te hacen sentir como en casa desde el momento en que entras.
Sin duda, es un lugar imperdible por su calidad y calidez. ¡Volveré seguro!